Alberto Fernández descartó pedirle la renuncia a Aníbal Fernández por su intimidación a Nik y busca dar por terminado el tema tras las disculpas del ministro
Fuentes de la Casa Rosada informaron que el Presidente no tomará ninguna medida después de que el titular de la cartera de Seguridad amedrentara al humorista por haber criticado al Gobierno.
El abrazo de Aníbal Fernández y el Presidente durante la asunción del Ministro de Seguridad.
Alberto Fernández siguió con atención el conflicto desatado por el mensaje en Twitter de Aníbal Fernández donde el ministro de Seguridad intimidó al humorista gráfico Nik después de que este hiciera una crítica al rumbo económico del Gobierno.
Con un tono amenazante, Aníbal Fernández le hizo saber al historietista que conocía el colegio al que iban sus hijas después de que Nik cuestionara la decisión de la provincia de Buenos Aires de regalar viajes de egresados, entre una batería de anuncios económicos en medio de la campaña. Minutos después, el humorista dijo sentir mucho miedo por el mensaje del funcionario y contó que sus hijas lloraron por la situación.
A través de una dura carta de Juntos por el Cambio, la oposición salió a pedirle al Presidente que pidiera la renuncia del ministro. Sin embargo, fuentes de la Casa Rosada informaron a TN.com.ar que el Presidente cree que con el pedido de disculpas “el tema se da por terminado” y no tomará ninguna medida al respecto.
La carta de Juntos por el Cambio para pedir la renuncia de Alberto Fernández por la intimidación a Nik
El lunes por la noche, el bloque de diputados de Juntos por el Cambio publicó una dura carta donde le pidió a Alberto Fernández que le solicitara la renuncia a Aníbal Fernández.
El comunicado de Juntos por el Cambio en repudio al tuit de Aníbal Fernández con amenazas a Nik.
“Aníbal Fernández traspasó un límite delicadísimo”, sostuvieron, dado que, “no solo amenazó a un ciudadano por sus críticas al Gobierno, sino que puso en peligro a sus hijos”. Según la oposición Fernández “no está a la altura del cargo”. “Un funcionario que ostenta tamaña responsabilidad no puede amenazar -ni siquiera veladamente- a un ciudadano porque esta práctica no se condice con la democracia y pone en peligro la convivencia de los argentinos”, insistieron.