Desapareció un yate tripulado por dos argentinos que volvía de prestar ayuda humanitaria en Haití
Viajaban a bordo Renzo Spasiano, de 20 años, y Carlos Eduardo Juárez. El barco salió el martes pasado y hasta el momento no hubo más comunicaciones. Sospechan que sufrió una falla en el casco.
Un yate tripulado por dos argentinos se encuentra desaparecido desde el pasado martes 28 de septiembre. La embarcación partió desde México para llevar ayuda humanitaria a Haití, pero en el viaje de regreso a ese país el buque perdió todo contacto y no se supo más nada. Las familias de los tripulantes argentinos, Renzo Spasiano, de 20 años, y Carlos Eduardo Juárez, están desesperadas y reclaman a las autoridades marítimas mexicanas que activen su búsqueda de inmediato. Según trascendió, el navío está tripulado por otras dos personas, además de Spasiano y Juárez: un ciudadano cubano y uno mexicano.
“Necesitamos que la embajada argentina en México solicite al SEMAR comenzar con la búsqueda del M.O.I. Guadalupe que partió de Haití luego de realizar una entrega de ayuda humanitaria y hace 4 días no recibimos comunicación”, expresaron los familiares de Spasiano en redes sociales. La última señal que el barco envió a tierra firme se emitió el martes pasado a 130 millas de la lsla de Cozumel mediante el teléfono satelital de la nave. Desde esa fecha que no hay más rastros de los viajeros. “El Consulado argentino está en contacto permanente con la marina mexicana”, indicaron.
Renzo Spasiano, uno de los argentinos desaparecidos.
El itinerario de vuelta comenzó en Haití el sábado pasado. El primer destino fue Jamaica. Antes de arribar, tuvieron dos paradas de entre media hora y una hora de duración camino al país caribeño. En la mañana del domingo, llegaron al puerto en Jamaica. Allí se quedaron hasta que cargaron combustible. Cerca de las 13 (hora mexicana) partieron hacia México. Dos días después, fue la última señal que se tuvo del M.O.I. Guadalupe.
De acuerdo con el encargado de comunicación y enlace de la Brigada de Rescate Internacional Cancún, Emiliano Miño, el yate M.O.I. Guadalupe, de 83 pies de eslora, color blanco, marca Hatteras, tuvo su última ubicación el 28 de septiembre en Latitud 19°, 74.4? N y Longitud 084° 40.4?W; es decir, a 130 millas náuticas de la isla de Cozumel, del estado de Quintana Roo.
A su regreso, el M.O.I. Guadalupe tenía como destino la localidad de Puerto Aventuras, en la Riviera Maya. Según Miño, en el operativo de búsqueda y rescate participan la Secretaría de Marina (Semar), una aeronave particular que sobrevuela la zona donde el GPS reportó la última ubicación, a unas 130 millas marinas de Cozumel, y otras embarcaciones particulares que se ofrecieron como voluntarios.
Además, se dio aviso a la Guardia Costera de Cuba, quienes en conjunto realizan ya un operativo de búsqueda y rescate en el canal de Yucatán, entre Cuba y Cabo Catoche. Los planes originales de la misión humanitaria contemplaban el viaje en el barco desde México de dos misioneras médicas, cuatro misioneros enfermeros, dos mujeres y dos hombres, y la psicóloga, enfermera y superiora general de la orden Misioneros de Cristo Resucitado, Bertha López Chávez, pero una vez que la embarcación partió, presentó una avería menor en el casco y optaron por regresar a Cozumel para que el personal médico se trasladara en avión hasta Haití.
El personal médico llegó a la comuna L’Asile, situada en el distrito de Anse-à-Veau, departamento de Nippes en Haití, donde esperaron la llegada del barco y el cargamento consistente en un hospital de campaña, el cual estaba equipado con toldos, tinacos y suministros, además de alimentos y casas de campaña.
“Sabíamos que el barco tenía un problema en el casco desde la salida, pero no era nada que pusiera en riesgo la flotación. Se esperaba que fuera más lento y por eso se optó por enviar al personal médico en avión, todo estaba normal, se entregó la carga y ya estaba de regreso”, finalizó.
Luis Spasiano, padre de Renzo, habló en el canal TN este sábado por la mañana. “Llevaron remedios y comida. Es un yate de 83 pies. Salieron de Quintana Roo, sin ningún problema”, explicó. Y comentó cómo fue la secuencia: “Cargaron combustible, alimentos e iniciaron el regreso. Se reabastecieron en el puerto de Jamaica, rumbo a México”.
“Llevaban un teléfono satelital y un equipo de posicionamiento global que emite señales cada 20 minutos, con la ubicación. Por eso se podía ir monitoreando la ruta”, dijo el hombre a quien se escuchaba notablemente angustiado.
Spasiano, que trabaja con comunicación de barcos, sostuvo: “Tuvieron una comunicación con un capitán que se encuentra en Miami y dijeron que el tiempo estaba bien, sin tormentas ni viento, el mar estaba tranquilo. Todo en condiciones óptimas, pero a los 20 minutos se corta el posicionador y la comunicación”.